Yo siempre había vivido en la plataforma Unimundo por lo que había hecho que estuviera acostumbrado a las diferentes razas y especies de personas que pasaban por ahí. Mi padre era nodita y mi madre era humana por lo que yo mismo era una mezcla de dos especies. Esto ocasionó que cuando llegó el momento de decidirme por mi trabajo en el futuro lo tenía claro. Quería ser un facilitador emergente.
No sabía mucho del tema pero sabía que era viajar por los diferentes mundos que todavía no estuvieran subscritos a Unimundo y ayudarles a emerger o ayudarles a avanzar tanto a nivel social como político. Les asesoraríamos con avances pero sin cambiar su forma de vida.
Así que fui a la zona de asignación para que me dijesen a que mundo debería de ir. Nos iban a asignar a todos un tutor ya que éramos novatos. Nunca había estado en la sala de Asignación. Era bastante grande, más de lo que parecía desde fuera. Nosotros los aspirantes estábamos en la parte del centro y los tutores estaban en las gradas. Había también un comité que estaba en una grada separada del resto.
– Buenos días y antes de nada bienvenidos al entrenamiento de facilitador emergente. Soy Makeart la directora del comité. Se ha asignado a todos un mundo para que con ayuda de un tutor ayudéis a los nativos a evolucionar. Como sabéis no todos vais a poder ser facilitadores. Solamente los que consigáis emerger el mundo o los que no lo consigáis pero vuestro tutor os de una valoración positiva os convertiréis en facilitadores emergentes oficiales. Además, este año debido a la gran afluencia de solicitudes para ser facilitadores nos hemos visto en la obligación de poner un límite de plazas. Por ello 7 de vosotros quedaréis fuera de este trabajo. Si todos tenéis valoraciones positivas el comité recogerá los informes de las personas de cada mundo para tomar la decisión.
Justo el año que me tocaba a mi decidir mi trabajo había límite de plazas. Tendría que causar una buena impresión.
Después de esto fueron diciendo nuestros nombres uno por uno y nos fueron asignando un tutor y un mundo. A mi me tocó con Partis e iríamos al mundo Xeload. Nadie sabía mucho de este mundo solamente que era un mundo que estaba completamente cubierto de nieve por lo que la vida allí era bastante difícil. Partis me dijo que debido a que nos había tocado un mundo complicado si conseguía emergerlo tendría una plaza asegurada como facilitador. No se como me las arreglaba pero a mí siempre me tocaba lo peor o sino me tocaba algo que a simple vista era fácil pero luego tenía que dar mil vueltas hasta que conseguía el resultado esperado.
Hubo un par de horas de presentaciones y preparativos y luego ya nos dejaron que nos despidiéramos de nuestras familias para poder emprender el viaje hasta nuestros nuevos hogares, o por lo menos hasta nuestro hogar para los próximos dos años.
Cogimos el transporte y nos materializados en Xeload justo en mitad de la nada. Partis me comentó que lo habitual era materializarnos lejos de los poblados ya que aunque los dirigentes del mundo sabían de nuestra llegada los habitantes no solían estar informados. Así nos ahorrábamos de problemas y disputas con los nativos nada más llegar.
Lo primero que haríamos era dirigirnos al sitio que nos habían indicado de presentación. Normalmente solía estar en las proximidades del lugar de residencia del dirigente que había solicitado emerger. Yo nunca había visto a un nativo de Xeload o por lo menos que yo recordase. Cuando estábamos aproximándonos a la zona de presentación sentí como si alguien o algo me estuviera observando así que me giré, pero allí no parecía que hubiese nadie. Llegamos al lugar indicado y allí nos recibió el dirigente de Xeload. Este era algo más alto y fuerte que yo. Estaba cubierto de pieles por todo el cuerpo seguramente para soportar el frío invernal del mundo. Su pelo era oscuro y se iba degradando hasta que en las puntas se podía apreciar como acababan en una zona blanca asemejándose a un copo de nieve. Sus ojos eran pequeños y recubiertos de pelo alrededor de ellos, también con el degradado del pelo. Por el resto a simple vista se parecía a un humano. O por lo menos lo que se podía apreciar con toda esa ropa cubriendo su pelo.
El dirigente no era más que un chico que acababa de llegar al poder. Su tío había sido el anterior dirigente pero debido a un accidente tanto él como su padre habían muerto por lo que le tocaba a él dirigir Xeload. Por eso había solicitado emerger, quería que su pueblo evolucionase y le había llegado a sus oídos que en Unimundo podíamos ayudar. A pesar de su corta edad tenía las ideas muy claras y parecía que estaba dispuesto a colaborar por lo que a priori no debería de ser muy complicado ayudarles. Sin embargo, no solo bastaba con que él quisiese, sino que también tenían que poner de su parte los propios nativos del mundo.
Nos instalaron directamente en el mismo edificio que el dirigente para así estar lo más cerca posible si surgía alguna duda. Lo primero que se hacía al llegar al nuevo mundo era pasar una temporada con el dirigente yendo con él a todos los sitios y después tendríamos que involucrarnos en la vida de Xeload. Las primeras semanas con el dirigente, Cartis pasaron rápido, era un chico muy ocupado y se pasaba mucho tiempo viajando por lo que vimos gran parte de Xeload.
Después de conocer Xeload y los métodos de Cartis para dirigir el mundo tocaba adentrarse en la vida de los nativos para que nos enseñaran sus costumbres. Como ya llevaba un tiempo mi tutor ya me había explicado los siguientes pasos a llevar a cabo por lo que tendría que ser yo el que emergiese el mundo. Él sería solo un mero espectador. Por eso nos mudaríamos a la aldea más próxima. Aunque estábamos cerca nos habían asignado casas en zonas diferentes. Así que me encontraba solo y sin conocer a nadie. Tenía que hacer amigos o involucrarme en sus vidas, tenía que estudiarlos. Lo primero que me llamó la atención fue cuando fui a las afueras de la aldea. Estaba a 5 minutos caminando y aunque a simple vista podría parecer que no había nada encontré una señal que ponía Laguna. Escuché a gente hablar y seguí sus voces. Me metí por debajo de una roca cubierta entera de nieve cuando de repente escuché un estruendo y me golpeó. Me había quedado atrapado debajo de esa roca. Aunque no me había golpeado con la roca en la cabeza, me había caído encima de las piernas. Intenté moverla pero era demasiado pesada así que grité pidiendo ayuda. Alguien me había oído porque escuché unos pasos detrás mío. Me giré y ahí estaba mi gran salvador. Quién me iba a decir a mi que ese chico menudo sería el culpable de que abandonase mi idea de ser facilitador emergente para empezar una vida con él en Xeload.